RELIQUIAS DEL CURA DE ARS

Ayer Domingo 24 de Enero del 2010, Nuestrio Sr. Obispo, Don José Luis Divildox, convoco a toda la Diócesis de Tampico a la Pastoral de Multitudes en el Centro de Convenciones de Tampico, para Celebrar en comunidad el Año Sacerdotal y la visita del Nuncio Apostólico de México, CHristophe Pierre.La Celebración de La Eucaristía fue muy emotiva, nos acompañaban las reliquias del Santo Cura de Ars y las reliquias de Un Martín Mexicano, San Sabás Reyes Salazar.

Al finalizar La Santa Misa los Sacerdotes Unidos con los fieles Laicos recitamos a Dios y Pidiendo la intercesión de San Juan María Vianney, Muy Buenos Santos Sacerdotes con su oración:

TE AMO, OH MI DIOS

Te amo, Oh mi Dios.
Mi único deseo es amarte
Hasta el último suspiro de mi vida.

Te amo, Oh infinitamente amoroso Dios,
Y prefiero morir amándote que vivir un instante sin Ti.

Te amo, oh mi Dios, y mi único temor es ir al infierno
Porque ahí nunca tendría la dulce consolación de tu amor,
Oh mi Dios, si mi lengua no puede decir cada instante que te amo,
por lo menos quiero que mi corazón lo repita cada vez que respiro.

Ah, dame la gracia de sufrir mientras que te amo,
Y de amarte mientras que sufro,
y el día que me muera No solo amarte pero sentir que te amo.

Te suplico que mientras más cerca estés de mi hora final

aumentes y perfecciones mi amor por Ti.
Amén.

EL MUNDO DE LAS IDEAS-Pensar el sentimiento, sentir el pensamiento.-

Hoy me tope con este blog. Y quiero compratirlo con ustedes:

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¿QUE HACE LA IGLESIA?

¿Para qué ha servido la Iglesia? ¿Ha traído un cambio al mundo? ¿Ha acabado acaso con el hambre? ¿Impide las guerras? ¿No estaría todo igual sin ella?¿Qué sería un mundo sin Iglesia?

La Iglesia es como una luz permanente en el caminar de los pueblos.
Una luz que a veces brilla de forma espectacular, con la luz rompedora y profundamente hermosa de Jesucristo, pero que tantas otras veces parece una pequeña llama a punto de extinguirse... y sin embargo no se extingue.

La Iglesia, a menudo vituperada, odiada, rechazada con fiereza, hace su papel cuando, silenciosa y humilde, acompaña a las sociedades en sus logros y en sus desgracias.
Cuando, como una buena madre, aconseja con amor; sabiendo siempre que los hijos tienen por naturaleza una tendencia a la rebeldía, sabiendo también que no por eso se les pueden nunca cerrar las puertas.

Nadie debería enrabietarse porque la Iglesia tenga voz propia en el mundo de hoy.

Aunque el hombre de hoy no le dé importancia, es bueno para todos contar con su voz; una voz que, hoy por hoy, planta cara casi en solitario a la cultura dominante, y que ofrece al hombre una alternativa con un poco de aire fresco: trascendencia, plenitud, esperanza.
La Iglesia debe estar siempre ahí, también cuando la sociedad se suicida yendo por caminos sin salida: la adoración del dinero o del sexo, el rechazo a Dios, la desconfianza en poder alcanzar el Bien y la Verdad. Debe estar al lado de los que caen, con amor de madre, para curarles sus heridas.

El mundo de hoy, con su cultura racionalista-cientificista-hedonista, parece un globo hinchado a tope y cada vez con más aire en su interior; algún día no muy lejano, es evidente, explotará, porque no aguanta más. ¿Qué haremos entonces los que pertenecemos a la Iglesia? ¿Diremos acaso: "ya os lo advertí, que ibáis mal..."? Mientras el globo se siga hinchando, es necesario gritar claro que ése no es el camino. Pero el día en que se derrumbe este falso modo de vivir que llevamos y cunda la desesperación, entonces será la hora de acompañar al enfermo y decir con amor de madre: "vamos, levántate, ¡que esto tiene remedio!".Esa es una de las más grandes y bellas tareas de la Iglesia. Porque un mundo sin Iglesia sería un mundo desesperado, carente de una voz de esperanza.

(+) Héctor Ramirez Renteria

y su Esposa

Ma. De los Anges Rosas.

Fundadores del Instituto de Formación Para Laicos al Servicio de La Pastoral Parroquial en La Diocesis de Tampico.